El fervor religioso y la tradición ancestral
se manifiestan en su máxima expresión del 18 al 21 de junio, en honor a San Antonio de Padua,
santo patrono de la provincia de San Antonio de Putina en el departamento de Puno, que tiene como personaje emblemático al Qhapero.
La festividad de San Antonio de Padua es una de las advocaciones religiosas más trascendentes de hispanoamérica, y en el Perú profundo tiene una connotación particular, especialmente en la región Puno y la provincia de San Antonio de Putina, también conocida “Tierra de las Aguas Termales”.
En el altiplano puneño, la festividad de San Antonio de Padua es una de las fiestas católico costumbristas más importante, especialmente en las provincias de Yunguyo y San Antonio de Putina. En esta última se tiene como personaje emblemático al Qhapero.
A pesar que suele celebrase el 13 de junio, un día antes del aniversario de San Antonio de Putina, en esta provincia se conmemora la octava (una semana después) y se extiende hasta el 21 del mismo mes como parte de sus actividades conmemorativas.
En esta fecha convergen el fervor religioso, las tradiciones ancestrales y las costumbres populares, que junto a las actividades sociales y artísticas, dejan ver en su máximo esplendor sus manifestaciones culturales, riqueza de sus tradiciones y legado histórico.
El Qhapero es un personaje que representa las largas caminatas que realizaban los colonizadores para conquistar estas tierras. Se baila acompañada de una banda de músicos y formados en tropas de jinetes; mientras que las damas acompañan a las caballerías y a los amos.
El homenaje al santo patrono de la provincia comienza el 18 de junio con el concurso de “Qhapero escolar”, certamen que es organizado por la Ugel, la Municipalidad Provincial de Putina y la parroquia, con la finalidad de fortalecer la identidad a través de esta estampa folklórica.
El día 19, el alferado, que para este año es el barrio Huaynaputina, organiza un similar concurso con la participación de organizaciones de la ciudad y sector rural. Este año participaron las comunidades San Martín, Peña Grande San Francisco, San Antonio de Peñón y Santa Cruz de Choccallaca.
Una vez concluido el certamen, el alferado 2014 trasfirió la responsabilidad para el 2015 a los moradores del Barrio Central Unión Putina, comunidad Chijos, Huancho Tarucani y otros, que se cronogramaron por la parroquia San Antonio de Padua.
Por la tarde, los alferados acompañados de amigos y familiares participan de la entrada de cirios y posteriormente realizan la quena de castillos de fuegos artificiales para luego dar paso a la verbena. Deliciosos potajes, ponches y demás debidas dan vida la fiesta amenizada por orquestas nacionales e internacionales.
Llegado el día jubilar, 20 de junio, la feligresía se concentra en el templo de San Antonio de Padua para la ceremonia litúrgica oficiada por el párroco Pío Rivas Villasante y luego acompañarán la procesión por las principales arterias de la ciudad.
En esta fecha suelen celebrase los matrimonios, ya que San Antonio de Padua es considerado como el santo de la prosperidad conyugal. Los alferados fortalecen esta tradición casándose ese día, e incluso las solteras suelen guardar la sagrada imagen hasta encontrar un buen marido.
Las comparas de morenada, como en la mayoría de celebraciones de esta naturaleza en el altiplano, invaden las calles de esta apacible ciudad otorgándole mayo colorido la festividad.
El sábado 21 de junio se cumple con el tradicional cacharpari o despedida de fiesta y la sagrada efigie será guardada nuevamente en su santuario del templo San Antonio de Padua hasta el año siguiente.
Atractivos
Mientras se disfruta de esta fiesta costumbrista religiosa, la ciudad de Putina ofrece una agradable estancia en la piscina municipal de aguas termomedicinales.
Además se puede ascender hasta donde está el Cristo de la Paz a 26 metros de altura o al templo colonial de San Antonio de Padua, construido a base de piedra de granito, bella edificación que se puede apreciar por dentro y fuera.
También se puede disfrutar de su belleza paisajística como las Puyas de Raymondi y el criadero vicuñas y tarucas (especie de venados) en localidades próximas a la capital de provincia, el Peñasco del Diablo, el bosque de piedras de Chijus, entre otros.
La festividad de San Antonio de Padua es una de las advocaciones religiosas más trascendentes de hispanoamérica, y en el Perú profundo tiene una connotación particular, especialmente en la región Puno y la provincia de San Antonio de Putina, también conocida “Tierra de las Aguas Termales”.
En el altiplano puneño, la festividad de San Antonio de Padua es una de las fiestas católico costumbristas más importante, especialmente en las provincias de Yunguyo y San Antonio de Putina. En esta última se tiene como personaje emblemático al Qhapero.
A pesar que suele celebrase el 13 de junio, un día antes del aniversario de San Antonio de Putina, en esta provincia se conmemora la octava (una semana después) y se extiende hasta el 21 del mismo mes como parte de sus actividades conmemorativas.
En esta fecha convergen el fervor religioso, las tradiciones ancestrales y las costumbres populares, que junto a las actividades sociales y artísticas, dejan ver en su máximo esplendor sus manifestaciones culturales, riqueza de sus tradiciones y legado histórico.
El Qhapero es un personaje que representa las largas caminatas que realizaban los colonizadores para conquistar estas tierras. Se baila acompañada de una banda de músicos y formados en tropas de jinetes; mientras que las damas acompañan a las caballerías y a los amos.
El homenaje al santo patrono de la provincia comienza el 18 de junio con el concurso de “Qhapero escolar”, certamen que es organizado por la Ugel, la Municipalidad Provincial de Putina y la parroquia, con la finalidad de fortalecer la identidad a través de esta estampa folklórica.
El día 19, el alferado, que para este año es el barrio Huaynaputina, organiza un similar concurso con la participación de organizaciones de la ciudad y sector rural. Este año participaron las comunidades San Martín, Peña Grande San Francisco, San Antonio de Peñón y Santa Cruz de Choccallaca.
Una vez concluido el certamen, el alferado 2014 trasfirió la responsabilidad para el 2015 a los moradores del Barrio Central Unión Putina, comunidad Chijos, Huancho Tarucani y otros, que se cronogramaron por la parroquia San Antonio de Padua.
Por la tarde, los alferados acompañados de amigos y familiares participan de la entrada de cirios y posteriormente realizan la quena de castillos de fuegos artificiales para luego dar paso a la verbena. Deliciosos potajes, ponches y demás debidas dan vida la fiesta amenizada por orquestas nacionales e internacionales.
Llegado el día jubilar, 20 de junio, la feligresía se concentra en el templo de San Antonio de Padua para la ceremonia litúrgica oficiada por el párroco Pío Rivas Villasante y luego acompañarán la procesión por las principales arterias de la ciudad.
En esta fecha suelen celebrase los matrimonios, ya que San Antonio de Padua es considerado como el santo de la prosperidad conyugal. Los alferados fortalecen esta tradición casándose ese día, e incluso las solteras suelen guardar la sagrada imagen hasta encontrar un buen marido.
Las comparas de morenada, como en la mayoría de celebraciones de esta naturaleza en el altiplano, invaden las calles de esta apacible ciudad otorgándole mayo colorido la festividad.
El sábado 21 de junio se cumple con el tradicional cacharpari o despedida de fiesta y la sagrada efigie será guardada nuevamente en su santuario del templo San Antonio de Padua hasta el año siguiente.
Atractivos
Mientras se disfruta de esta fiesta costumbrista religiosa, la ciudad de Putina ofrece una agradable estancia en la piscina municipal de aguas termomedicinales.
Además se puede ascender hasta donde está el Cristo de la Paz a 26 metros de altura o al templo colonial de San Antonio de Padua, construido a base de piedra de granito, bella edificación que se puede apreciar por dentro y fuera.
También se puede disfrutar de su belleza paisajística como las Puyas de Raymondi y el criadero vicuñas y tarucas (especie de venados) en localidades próximas a la capital de provincia, el Peñasco del Diablo, el bosque de piedras de Chijus, entre otros.
Por: Zenaida Zea
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