“El Perú nació serrano de las orillas del Titicaca puneño…”
El legendario Lago Titicaca, ha cobijado a propios y extraños, guardando una memoria implacable, si bien es cierto, Juliaca formo parte de estos hechos que se sucedieron allí. Los Uros se asentaron en los pueblos ribereños, aprovechando las bondades de la totora y los pescados de sus aguas, se establecieron en las lagunas aledañas: Chacas, Qoriwata, Cochapampa, y el río Juliaca, hoy río Coata.
“Los indios que llaman Uros…viven rivera de las lagunas donde pescan, con que sustentan…son indios recios y de buena disposición y hay muchos que están en las lagunas sin hacer sementeras ni ropas comiendo de unas raíces que llaman totora” (GARCI DIEZ 1567)
La constitución de estos pobladores fueron registrados como Uros de Coata y Uros de Desaguadero, de donde los Uros de Coata estarían mejor comunicados, y relacionados con Juliaca, por el río que los enlazaba, asimismo estos pobladores ribereños desarrollaron la técnica de navegar, sobre balsas hechas de totora, sujetados con sogas hilados a base de ichus, que les serviría de soporte de pesca y en algunas veces de transporte del lago titicaca hacia los lagos menores que se encontraban entre los territorios de Juliaca.
“Como testimonio de la presencia antiquísima de los Uros, en la parcialidad balsero, y después en las balsas de Juliaca, han quedado algunos nombres de lugares: Totoral, Torococha…” (CALSIN, RENE 2001).
Se presume que los Uros de Juliaca desarrollaron una cultura, que los caracterizaba por la pesca, sobre balsas, en las lagunas existentes en su territorio cercanos al lago titicaca, sin embargo con el correr del tiempo, las lagunas que marcaron historia; de modo natural o forzado se fueron extinguiendo, bajo el concepto engalanador de cambio y camino hacia el desarrollo, por las autoridades de turno, llegando a sobrevivir solo sus nombres: Laguna temporal, Totorani, Torococha, etc., constituyéndose en estos territorios construcciones modernas a base de cemento y fierro sólido.
El legendario Lago Titicaca, ha cobijado a propios y extraños, guardando una memoria implacable, si bien es cierto, Juliaca formo parte de estos hechos que se sucedieron allí. Los Uros se asentaron en los pueblos ribereños, aprovechando las bondades de la totora y los pescados de sus aguas, se establecieron en las lagunas aledañas: Chacas, Qoriwata, Cochapampa, y el río Juliaca, hoy río Coata.
“Los indios que llaman Uros…viven rivera de las lagunas donde pescan, con que sustentan…son indios recios y de buena disposición y hay muchos que están en las lagunas sin hacer sementeras ni ropas comiendo de unas raíces que llaman totora” (GARCI DIEZ 1567)
La constitución de estos pobladores fueron registrados como Uros de Coata y Uros de Desaguadero, de donde los Uros de Coata estarían mejor comunicados, y relacionados con Juliaca, por el río que los enlazaba, asimismo estos pobladores ribereños desarrollaron la técnica de navegar, sobre balsas hechas de totora, sujetados con sogas hilados a base de ichus, que les serviría de soporte de pesca y en algunas veces de transporte del lago titicaca hacia los lagos menores que se encontraban entre los territorios de Juliaca.
“Como testimonio de la presencia antiquísima de los Uros, en la parcialidad balsero, y después en las balsas de Juliaca, han quedado algunos nombres de lugares: Totoral, Torococha…” (CALSIN, RENE 2001).
Se presume que los Uros de Juliaca desarrollaron una cultura, que los caracterizaba por la pesca, sobre balsas, en las lagunas existentes en su territorio cercanos al lago titicaca, sin embargo con el correr del tiempo, las lagunas que marcaron historia; de modo natural o forzado se fueron extinguiendo, bajo el concepto engalanador de cambio y camino hacia el desarrollo, por las autoridades de turno, llegando a sobrevivir solo sus nombres: Laguna temporal, Totorani, Torococha, etc., constituyéndose en estos territorios construcciones modernas a base de cemento y fierro sólido.
0 comentarios:
Publicar un comentario